viernes, 3 de marzo de 2017

3. La mujer en el siglo XIX: influencia interpuesta en la Revolución Industrial y el Movimiento Obrero

Tras la brecha abierta por las lideresas de la Revolución Francesa y escritos como el de Mary Wollstonecraft, a mediados del siglo XIX la cuestión de la mujer aparece por primera vez como un problema social propio de la Revolución Industrial que estaba aconteciendo en Europa en aquellos años, puesto que la incorporación de la mujer al trabajo remunerado en las fábricas había acabado con la familia tradicional. En sociedades puramente tradicionales como la inglesa la mujer se ocupaba del cuidado de su casa y la familia, cuidaban la huerta, se encargaban de los animales, etc.
La Revolución Industrial, poco a poco, le quitó todas estas atribuciones: el jabón se compraba en las tiendas, la salud pasa a manos de los médicos, la población vive en las ciudades. La mujer se quedó sin un lugar propio en ese mundo. 
Fueron tiempos muy duros para las mujeres: las de clase baja se reventaban en turnos fabriles de dieciséis horas, y además se seguían encargando del cuidado del hogar y la familia. Las de clase media y alta quedaban realmente limitada. 

Grabado de la época en el que aparece un numeroso grupo de señoras trabajando en una fábrica textil

Junto a la revolución económica sucedía una serie de revoluciones políticas burguesas que ya conocemos y que serán el marco contextual en el que el movimiento feminista se extienda como lucha por la consecución del sufragio universal.
A medida que las Revoluciones Liberales triunfen y lleguen al poder se subrayarán aún más la situación de discriminación educativa y política de la mujer. Todos esos derechos que se proponían en la teoría ilustrada se estaban consiguiendo en estas revoluciones, pero sólo para una parte de la humanidad. Los movimientos sufragistas aparecieron en estos años de manera señalada tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña, y el papel que desempeñaron las mujeres lo puedes trabajar con profundidad en las publicaciones correspondientes.


Como sabemos, el último gran movimiento del siglo XIX es el movimiento obrero y también en él se atiende a la cuestión de las mujeres. Los movimientos feministas y sufragistas estuvieron dirigidos por mujeres de procedencia burguesa. A pesar de que los planteamientos feministas eran interclasistas, sus ideas no lograron penetrar ampliamente en los ambientes obreros. Ni feministas, ni sufragistas consiguieron nunca movilizar ampliamente a las mujeres trabajadoras. 
No obstante, hay que destacar que los propios ideólogos del primer movimiento obrero, en la primera mitad del siglo XIX, mantuvieron posturas contradictorias respecto a la igualdad de derechos de la mujer. Una figura femenina que destaca es la de Flora Tristán (1803-0844), la gran pionera del feminismo socialista. Habrá que esperar a los principios ideológicos del siglo XX para que las mujeres consigan una mayor emancipación y roles más protagonistas en las ideologías surgidas de este movimiento.



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